El córtex cerebral se divide en lóbulos para distinguir sus principales funciones. Una lesión en determinadas áreas puede causar lesiones focales o síndromes lobares, aunque siempre tenemos que tener presente la importancia de la hodología (del griego odos = vía, y logos = ciencia, estudio de las vías o conexiones).
En líneas generales, estas son las principales funciones de cada lóbulo cerebral:
Lóbulo Frontal. Localizado por delante de la cisura central. Involucrado en el razonamiento, planificación, parte del habla y del movimiento (corteza motora y premotora), la resolución de problemas, las emociones y su autorregulación. Más información aquí.
Lóbulo Parietal. Localizado por detrás de la cisura central. Relacionado con la percepción de los estímulos táctiles (corteza somatosensorial) por ejemplo el tacto, la presión, la temperatura, el dolor, etc.).
Lóbulo Temporal. Localizado por debajo de la cisura central. Relacionado con la percepción y el reconocimiento de estímulos auditivos y con la memoria (hipocampo).
Lóbulo Occipital. Localizado en la parte posterior del cerebro, por detrás de los lóbulos parietal y temporal. Relacionado con los aspectos visuales.
Lóbulo de la Ínsula o Isla de Reil. Situado en el fondo de la cisura de Silvio. No es visible desde la parte externa del cerebro. Este lóbulo está relacionado con el sistema límbico y, por lo tanto, con las emociones.